Categorías
Bebés Recién nacidos

Lactancia materna (de pecho), consejos y trucos

LACTANCIA MATERNA.

A las pocas horas de nacer, si la madre ha escogido dar de mamar a su hijo, ya se coloca el bebé en el pecho para que empiece a succionar y estimule la secreción láctea. Al principio, el pecho sólo segrega un líquido amarillento, llamado calostro, que es particularmente rico en anticuerpos que preparan al niño para protegerse de las agresiones externas. Progresivamente, la leche va aumentando no sólo en cantidad, sino también en calidad, ya que a medida que pasan los días y las semanas, la leche va haciéndose cada vez más rica en nutrientes y adaptándose a las necesidades nutritivas del bebé. A continuación explicamos algunas de esas sencillas reglas que harán que la lactancia del bebé sea más sencilla y eficaz.

Cómo dar de mamar.

Las madres que han optado por dar el pecho deben tener en cuenta que en la lactancia natural el bebé es quien marca las pautas; es decir, que hay que seguir su ritmo y respetar algunas reglas básicas:

  • Hay que mantener el bebé en el pecho el tiempo que quiera; a excepción de los quince primeros días, en que no está recomendado dejarlo mamar más de quince minutos seguidos.
  • Los ritmos de las tomas dependerán únicamente del cansancio de la madre: en teoría no existe un intervalo recomendado entre una y otra. En la práctica, los padres se acostumbran rápido al ritmo insaciable del bebé que reclama su ración por las noches. Hay que tener paciencia, ya que lo ideal es darle de mamar cada vez que lo reclama. Pero si todavía no es la hora de comer y el bebé está llorando, hay que probar a calmarlo con la voz, las caricias, o simplemente acunándolo antes de ponerlo en el pecho. Si se calma de esta forma, es la prueba de que todavía no necesita la comida.
  • Hay que colocarlo en el pecho correctamente, ya que la mayoría de las molestias que sufren las madres cuando dan de mamar se deben a la mala posición del bebé; su cabeza debe estar de frente a la madre y no de lado. Hay que apoyar en una mano los glúteos del bebé y colocar su cabeza en el ángulo que forma el codo de la madre, de modo que cabeza, pecho, genitales y rodillas estén completamente frente a la madre. Con la otra mano la madre debe sostener el pecho, sin apoyar los dedos en la areola. El bebé debe meter en su boca todo el pezón y casi toda la aréola y mantener la nariz despegada; así puede respirar bien.

Las contraindicaciones.

  • Durante todo el período de lactancia, la madre debe abstenerse de fumar, tomar alcohol, otras drogas y todo tipo de medicamentos, ya que estas sustancias pasan a la leche y consecuentemente al bebé. En caso de necesidad hay que consultar al médico.
  • Tampoco pueden dar el pecho las mujeres que sufren alguna enfermedad Infecciosa, una anemia grave, epilepsia, ciertas enfermedades crónicas y las que se han sentido extremadamente cansadas durante el embarazo.
  • Con respecto al bebé, a excepción de malformaciones labiales o bucales que le Impidan succionar, o puedan provocar heridas en el pezón, no hay ninguna contraindicación.
  • Si el bebé tiene cólicos intensos, la madre que amamanta debe eliminar de su dieta las bebidas con cafeína, el chocolate, los plátanos, las naranjas, las fresas y los platos muy condimentados.

 

DAR EL PECHO.

madre con bebéEs importante que sepamos cómo organizar el amamantamiento. Actualmente se reivindica el derecho del niño a alimentarse cuando lo pida, aunque es conveniente una cierta regularidad, por el ritmo y bienestar de todos. El niño de pecho normalmente acaba por adaptarse más o menos a una media, dejando transcurrir unas tres o cuatro horas entre toma y toma. Si reclamara antes, hay que dejar pasar al menos hora y media. Es mejor también procurar una pausa nocturna de unas seis horas. La madre no debe esclavizarse con el reloj y el ansia de respetar escrupulosamente todas las tomas para garantizar el desarrollo del niño. Si el niño está dormido profundamente, no conviene despertarle. De la misma forma no hay que obsesionarse con la báscula, pesándole antes y después de cada toma, a no ser que el pediatra lo recomiende. Si el aumento de peso semanal es el correcto, la madre puede estar segura de que el niño mama realmente lo que necesita.

¿Cuánto tiempo ha de mamar? Veinte minutos de amamantamiento, diez por cada pecho, son en general suficientes. Los primeros días la madre puede tener molestias al dar el pecho. Esto es normal y desaparecerá espontáneamente, pero conviene empezar reduciendo el tiempo y aumentando el número de tomas para ir gradualmente adaptándose a las necesidades del niño y el mejor estado de la madre. Un tema que preocupa especialmente a las madres primerizas es el de dar de mamar por las noches.

Para consuelo de éstas, la mayor parte de los niños que nacen con buen peso no hacen durar su reclamo o necesidad de la toma nocturna más de seis semanas. Una buena estrategia consiste en darle de mamar a las once o doce de la noche, para que pueda aguantar hasta las seis. Así se pueden ir ganando períodos de sueño más largos. La lactancia materna favorece un contacto más estrecho entre madre y niño. Para saborear la ventaja afectiva que ello representa, es mejor instalarse en un entorno calmado, sin ruidos.

Durante el día la madre se sentará en una silla baja con el respaldo ligeramente inclinado hacia atrás (una excesiva inclinación hacia delante puede producir dolor de espalda). El niño se sostiene en posición semisentado (pueden utilizarse unos cojines para facilitar su acomodo o el del mismo brazo de la madre). Antes de cada toma la madre deberá lavarse los pechos con agua y jabón.

En los casos en que la madre deba ausentarse durante una o varias tomas, es posible extraer la leche, bien manualmente o bien utilizando un sacaleche manual o eléctrico (pueden alquilarse) aunque respetando siempre una escrupulosa higiene. La leche se pone en biberones previamente esterilizados que se guardan en el frigorífico, para luego calentarlos al baño maría o con un calienta-biberones eléctrico. La leche no debe guardarse más de ocho o doce horas.

Sus necesidades de líquido.

El agua es indispensable para el desarrollo del bebé. En los primeros meses, el liquido presente en la leche materna y adaptada es por regla general suficiente, pero ello no ha de impedir que se ofrezca al niño agua, sobre todo en los meses de calor, Hasta los ocho meses es mejor que ésta sea hervida. A partir del cuarto mes los zumos de fruta deben estar presentes en su dieta, sobre todo naturales, primero solos y luego también acompañando a la papilla de frutas. Si el bebé estuviera estreñido, el pediatra podría recomendar darle antes del cuarto mes una cucharada de zumo de naranja para facilitar las deposiciones.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *